No creo que haya tal cosa como “movernos sin saber a lo que vamos”. Tenemos que abrir un portal para que desde el tercer cielo sea manifestado el pensamiento y la voluntad del Padre para sus hijos. El adorador que se mueve en una atmósfera profética no sabe por donde pero si hacia donde va.

¿Que es provocar cielos abiertos en medio de tu ministración?

Es irrumpir y penetrar a travez del segundo cielo y lograr tocar Su gloria. Es ver que hay un movimiento angelical con nosotros y por nosotros. Es como cogerle el pulso al corazón de Dios, mientras más te acerques más claro lo escucharás. Es como si un velo se corriera y pudieses interactuar con aquello que nos rodea, nos impulsa, nos envuelve y nos llama, por que antes que nuestros ojos vieran este mundo ya nuestro espíritu había visto Su mundo.

¿Que nos alejo? ¿Que nos hizo olvidar? ¿Que nos hizo actuar como si jamas hubiéramos venido de allí? Tu y yo lo sabemos, vivimos las consecuencias de estar en una naturaleza alejada del plan original de Dios para nosotros, pero la intención es devolvernos a Su plan original. Ahora bien… si se que me hace entregarme con locura cuando siento que esa atmósfera rodeandome aunque sea por minutos. No quiero que nada ni nadie me saque de allí. Entonces por eso nuestro lenguaje es:

“Provoca que algo pase, presiona por más, irrumpe en una adoración que haga que se abra un portal del cielo aquí en la tierra”.