Introducción
Muchas mujeres podrán estar de acuerdo conmigo en que este año 2020 ha sido uno totalmente inesperado y que nadie estaba preparado del todo para recibirlo. Cuando un año nuevo inicia siempre acostumbro entregarlo en las manos de Dios como un acto de dependencia absoluta. Quiero que todo mi ser se aferre a la idea de que Dios debe ser el que me ayude en la travesía del mismo.
Este año inició como una montaña rusa en la cual inesperadamente hemos experimentado un sin número de emociones a causa de las sorpresas que ha traído. Cuando algo se sale de lo que estamos acostumbrados o lo que tenemos bien planificado es difícil manejarlo. Todo lo que hemos tenido que experimentar en este año nos dejó sin defensas inmediatas para poder planificar… solo hemos podido aprender a modificar después de darnos cuenta de la nueva modalidad de hacer vida. La realidad es que el mundo como estábamos acostumbrados cambio de un día para otro delante de nuestros ojos sin pedirnos permiso.
Solo tuvimos que caminar enfrentando cada nuevo reto que los días nos traían.
No se como te sentiste ante cada nuevo reto… todos estamos en diferentes barcos navegando esta tormenta llamada pandemia. Creo que hemos experimentado todas las emociones en diferentes momentos. Al menos yo he experimentado temor, incertidumbre, una fe que se fortalece y otras veces que se paraliza. En algunas ocasiones reaccionó rápido en otras no. En momentos dados me lleno de esperanza porque sé que esto pasará y en otros momentos me desespero pensado cuando será todo normal otra vez.
Cuando todo inició hubo cambios por todos lados en mi hogar, me enviaron a mi casa de mi trabajo como a muchas otras, mis hijas tuvieron que hacer escuela en mi hogar como muchos otros estudiantes. Tuvimos que modificar muchas cosas en nuestro hogar como la limpieza extrema de desinfectarlo todo, cuidados de salud, restricciones, extremo cuidado a la hora de salir, la forma en que se compraba y se salía cambió como la de todos.
Como mujer y mamá también me dije a mi misma: ” ¿misma y ahora que? “. Planifiqué, organicé, cambié, modifiqué e hice toda una reestructuración de mi hogar como se que muchas también lo hicieron. De pronto nos encontramos en un escenario en que se demandaba mucho más de nosotras que de cualquier otro miembro de nuestro hogar. Aunque sé que Dios nos dio la fuerza para muchas cosas, esto vino de repente sin tiempo para pensarlo y analizarlo.
En medio del silencio tuve que ser construida, ¿sabes porqué?… porque dejaba que Dios construyera mi barca para navegar en esta temporada o me exponía a que no resistiera las particularidades de este 2020. En medio de un mundo que se silenció de repente, en medio de una vida que ahora se hacía en el hogar 24/7 para muchos tuve que aprender mi melodía no se podía silenciar en mi hogar.
Aún estamos en construcción, no pienses que tu barca ya es perfecta. Si algo he aprendido en este 2020 es que quiero ser mejor y cada día busco como aprender a serlo. Siento que Dios me quiere construir porque hay algo mejor que puede salir de mí.
Como mujer, mamá, profesional y ministro quiero sembrar en tu vida cosas que me ayudaron a crear una nueva melodía para perfumar mi hogar en medio de un tiempo donde tenemos que hacer nuestra propia música para saber cómo aprender a bailar bajo con la lluvia que el 2020 nos quiere inundar. Algunas cosas fueron:
- Lo primero que hice fue que prepare un lugar en mi closet para poder tener tiempos con Dios y conmigo misma. Prepare un espacio a mi gusto, con un lugar para poner los libros que leo al momento, la Biblia, libretas de apuntes, journals y libretas de dibujo. Hay lápices y marcadores, coloque un difusor de aceites esenciales y tengo un olor en particular para ese lugar con una lámpara especial. En la pared tengo fotos de mi familia, porque por ellos necesito pasar tiempo en ese lugar para que Dios me construya y ser mejor cada día. Pongo música, tengo libros para pintar y algunos instrumentos para estirar mi cuerpo. Es mi lugar secreto de buscar balance en mi alma, espíritu y cuerpo. Voy allí en las mañanas antes de que alguien se levante, o en las tardes cuando necesito un momento de silencio para respirar y volver a recargar energías. A veces simplemente no hago nada, sólo escucho música en el suelo y prendo mi difusor en mi olor preferido. Lo que te quiero decir con todo esto es que necesitamos un espacio, un momento, un lugar para encontrar paz y balance. No tiene nada de malo alejarte por unos minutos sola para dejar que Dios te hable, para tu hablarle a Dios, para callar tus pensamientos o para dejarlos salir libremente en un espacio seguro.
- Organizamos como familia tiempos de adoración juntos, tiempos de hacer devociones juntos y tiempos de escucharnos a todos con respecto a lo que vivimos día a día. Es nuestra responsabilidad de elevar más que nunca la voz De Dios en nuestros hogares. Es momento de afirmar nuestras vidas, matrimonios e hijos en lo que dice la Palabra De Dios. Tenemos que encender las lámparas y ayudar a nuestra familia a que su reserva de aceite este lista al igual que la nuestra. Es maravilloso pasar tiempos así en familia, hazlo como un proyecto de todos. Envuelve aún hasta los más pequeños a que tengan sus propios journals de devocionales y juntos escuchen lo que cada uno escribió. Te sorprenderías de lo que piensan los niños y como pueden recibir las verdades de Dios al aplicarlas a sus vidas.
- Aprender a amar la naturaleza que Dios nos dio más que nunca. Soy amante de la naturaleza desde pequeña y siempre trato de que mis hijas aprendan a admírala y amarla. Así que en las mañanas o en las tardes caminamos buscando que el sol nos abrace y las nubes nos regalaran sus pinturas en el cielo. Busco “nature trails” para aprender a admirar todo lo que hay a nuestro paso. Corremos bicicleta y hago ejercicios con mis hijas. Hacemos picnics en parques frente a lagos y claro cuando abrieron las playas soy amante de sentarnos en la arena a escuchar lo que el mar tiene que decirme. Sembré con mis hijas algunas plantas en el patio y prepare un espacio para plantas de especias. Las plantas dentro y fuera del hogar te regalan belleza y aire puro. Hay un tesoro tan grande en la naturaleza que Dios nos dio, aprovechemos cada sorpresa que nos ofrece.
- Organicé mi casa y cada rincón. Si pasaríamos más tiempo en nuestros hogares ahora pues tenía que hacerlo placentero. Algunos pasatiempos los abrazamos más que nunca y más los que tenían que ver con explorar la creatividad. Soy amante de la creatividad y de darle alas. Así que creaba espacios para sentarme con mis hijas a crear diferentes cosas simplemente para ver qué salía y disfrutar el momento.
- Controlé un poco la tecnología en mi vida y con mis hijas. No tiene nada de malo la tecnología, pero ahora más que nunca necesitamos darle un balance al uso de ella. El tiempo que tenemos libre emplearlo bien es de sabios. Honestamente es tóxico estar todo el día viendo lo que está pasando, infórmate lo necesario solamente. Lee algo diferente e inyéctale a tu espíritu un lenguaje de fe y esperanza.
- En mi cocina busco cada día transformar más el comer para sanar. Trato de añadir más recetas saludables para que amemos más las frutas y los vegetales. Cuidar de nuestro cuerpo físicamente es necesario y más si lo que comemos nos ayuda a fortalece el sistema inmunológico. Así que hago inventos y añado especias a los menús que ayuden en esto. Algunos salen bien otros no, lo importante es seguir buscando opciones. Nuestros cuerpos merecen también que les dediquemos tiempo.
- Trato de tener metas semanales. La realidad es que este ha sido un verano super largo y sin muchas opciones de entretenimiento externo. Así que trato de cada semana planificar lo que haré en ella. Un proyecto de cambios pequeños en el hogar, alguna salida en familia dentro de las pocas opciones que tenemos que nos ayude a crear memorias, una caminata por algún lugar lleno de aire puro, alguna idea que pueda desarrollar con mis hijas y que ellas aporten en el proceso. Es importante hacer a nuestros hijos partícipes, porque sus ideas son valiosas y es necesario que pongamos sus mentes a trabajar. Trata de aprender algo nuevo, hacer algo diferente o perfeccionar un hobby. Son cosas que nos ayudan a romper la rutina dentro de los días en que vivimos. No dejes que la rutina ahogue el hacer memorias nuevas, procura cada semana crear memorias con los que tienes a tu lado. Esto nos ayuda a todos a enfocarnos en lo que tiene valor y no en lo drenante de las noticias a diario. Trata de establecer metas personales, familiares y profesionales. Es saludable vivir nuestros días con paz y ver con esperanza el futuro.
- Prepárate en las áreas que necesites prepararte. Ha sido un tiempo excelente para buscar prepararnos en áreas ministeriales o profesionales. Busca aquello que siempre quisiste hacer y por falta de tiempo no hacías. Indaga en posibilidades para tus días venideros, aprende de en como ser mejor en finanzas para poder maximizar tus recursos. Siéntate a leer y a escribir lo que tu corazón anhele. Es momento para terminar proyectos que alguna vez iniciaste o para comenzar algunos que nunca comenzaste.
- Escoge bendecir a alguien cada semana o cada día. Sea a algún familiar, amiga, vecina, algún conocido o alguna persona con la que estés conectada por las redes. Usa tu influencia para bendecir, usa tus palabras para alimentar la fe de otros porque también estarás alimentando la tuya.
- Relajáte y respira. Tómate un café, un té, date un baño caliente las veces que sea necesario, ten reuniones virtuales con amigas, únete a grupos que te ayuden acrecer, enfócate en crear memorias con tu familia… esto parece que va para largo. No sabemos cuándo volverá todo a la normalidad o si es que nos estamos preparando para vivir una nueva realidad. Cualquiera que sea la respuesta buscar la paz con nosotros mismo y con quienes nos rodean nos trae salud emocional y física.
- Adora, canta y baila. Es un tiempo donde aprovechar cada momento para ser libres en nuestra relación con Dios es necesario. Crece como hijo De Dios y abraza sus promesas. Envuélvete en que puedes hacer para ayudar a tu iglesia local de la forma en que puedas. No tienes que salir de tu casa para bendecir a alguien o ser apoyo para levantar los brazos en oración de aquellos que lo necesiten.
Mujer que me lees, mujer emprendedora, mujer profesional, mamá valiente, esposa amorosa, mujer virtuosa… cualquiera que sea tu título, estamos en tiempos retantes. Te tengo noticias, el propósito De Dios no se ha detenido ni está en cuarentena. La voz de Dios aún sigue hablando, su amor nos sigue rodeando, su misericordia nos sigue abrazando. No se si en algún momento te sentiste en pausa, a todas nos ha pasado. Nuestro llamado no lo está aunque las circunstancias han cambiado. Aprendamos a ser moldeables ante las temporadas, no dejemos que la incertidumbre ante una temporada desconocida nos paralice demasiado tiempo.
Mi oración es que encontremos cada día la melodía divina para nuestras vidas y podamos envolver a todos los que nos rodean con ella. Que podamos cantar y componer atmósferas en nuestros hogares en donde el temor no sea quien tome las desiciones. Que podamos reír sin temor al mañana, pero listas para crear una nueva melodía en medio de cualquier desierto.
Notas Finales
Eres la melodía de tu hogar porque Dios te diseñó para edificar tu casa con sabiduría, recuerda estamos en construcción para ser mejores cada día. Edifiquemos para componer melodías de paz, gozo y esperanza. Melodías llenas de sanidad, sabiduría y fe. Entona tu melodía y transforma la atmósfera de tu hogar, Dios sigue estando en control.
Con amor, Vilmarie Degro
Directora General y Fundadora de Imaginare! Arts